Desde Montserrat a Coma de Vaca.
Salimos en coche hacia Camprodón hasta Tregurá, allí desayunamos y emprendemos la marcha a pie, cargados con mochilas a la espalda, hacía nuestro destino el albergue de "Coma de Vaca". Enfilamos el camino cuesta arriba, con alegría de vivir una nueva experiencia, compartir con nuevos amigos un fin de semana al aire libre.
Un camino atravesando la montaña y el valle con pequeños lagos naturales, que hacen el deleite de los cinco que caminamos, un desnivel importante para expertos que no lo somos y que hizo mella en el cansancio, un recorrido que indicaba dos horas se convirtieron en cuatro.
Tregurá, una parada para admirar el pueblo,
precioso unas vistas increíbles en un día esplendido.
Desde este punto comenzamos la marcha a pie, ladera arriba, no sabíamos lo que nos esperaba
Lagos naturales en mitad de la montaña, como éste y otros más pequeños y redondos.
Repostando para coger fuerzas para seguir la marcha,
Unas vistas y un contraste entre niebla, cielo, y montañas entre laderas. A cada momento se veían grupos de vacas y caballos percherones, como si fuesen pequeñas familias, conviviendo en armonía, respetando cada uno su espacio.
Vista alrededor del albergue, un río atraviesa la ladera, hace pequeñas cascadas
y saltos de agua que parecen redondos jacuzzis burbujean llenos de espuma, sino fuera por el
frío del otoño invitaría a darse un baño. 13º de temperatura, hace falta ser valiente.
Estas vistas son del otro lado de la montaña, una pequeña subida por el lado oeste del plano del albergue, divisamos unas impresionantes imágenes, tomadas sobre 18:00 horas aprox. en las que lucían los últimos rayos de sol, haciendo el deleite final de la llegada. Camino de los Ingenieros.
Al bajar de nuevo a la zona del Albergue se aprecia un claro que dura poco, los caballos percherones pacen plácidamente, pocos admiradores pasean por el exterior, empieza a hacer bastante frío y la gente se recoje preparándose para la cena que se sirve, relativamente temprano. A las 19:30 hay que estar preparados, ubicados en las mesas... una cosa curiosa, las personas que quedan paralelas en la zona exterior al pasillo, serán las encargadas de servir al resto de comensales de su mesa.. de una manera divertida y ordenada ponen platos, cubiertos, vasos, bebida, pan, y se encargan de colocar la sopera, luego se sirve y a comer!!! así sucesivamente segundo plato y postre. una manera diferente de relacionarnos y compartir el momento cena. A las diez en punto todos debemos estar recogidos en nuestros aposentos. Una serie de pequeños colchones alineados en un total de cinco personas arriba y cinco abajo en forma de litera, metidos en nuestros sacos, aconsejable sobre todo, ya que las mantas que proporcionan son poco para los que son frioleros. Yo dormí calentita dentro de mi saco.
Desde las siete hasta las 8:30 se sirve el desayuno. Hay que espabilarse si quieres estar listo a las nueve de la mañana para dejar el albergue, ya que las personas que lo atienden, cierran y se marchan hacía Queralds, llueva o nieve o caigan chuzos de punta, todos deben salir. Así que después de una noche intensamente lluviosa, todos calzados y dispuestos con chubasqueros y mochila al hombro, cada uno emprende viaje de vuelta hacia sus destinos, los más osados se disponen a culminar la ruta que tenían en mente y los menos atrevidos decidimos volver por el mismo camino. Una intensa niebla oscura nos pone en jaque, poco se divisa apenas unos metros. Y así emprendemos la marcha todo lo bajado hay que subirlo.
Inmortalizando el momento de emprender la marcha hacia arriba. El río se aprecia como un torrente, rebosa agua y la pradera está resbaladiza y mojada.
Un buen tramo de subida ya llevábamos aquí, la niebla sigue y sigue, parece un día de invierno... grados de temperatura 4º, pero con alegría, sin ser unos expertos montañeros, habíamos cumplido el objetivo.
Tregurá, una parada para admirar el pueblo,
precioso unas vistas increíbles en un día esplendido.
Desde este punto comenzamos la marcha a pie, ladera arriba, no sabíamos lo que nos esperaba
Lagos naturales en mitad de la montaña, como éste y otros más pequeños y redondos.
Repostando para coger fuerzas para seguir la marcha,
todavía quedaba mucha subida.
Unas vistas y un contraste entre niebla, cielo, y montañas entre laderas. A cada momento se veían grupos de vacas y caballos percherones, como si fuesen pequeñas familias, conviviendo en armonía, respetando cada uno su espacio.
Allí abajo se divisa nuestra casa por una noche,
parece un punto en la inmensidad.
Vistas tomadas desde la cumbre
las montañas se alzan majestuosas
entre ellas un desfiladero.
Bajando la ladera, 2500 metros aprox. de altitud.
Sábado cerca del Albergue Coma de Vaca. sobre las 17:00 horas
aquí llegando a nuestro destino.
Albergue " Coma de Vaca". nuestra pequeña casa por un día.
y saltos de agua que parecen redondos jacuzzis burbujean llenos de espuma, sino fuera por el
frío del otoño invitaría a darse un baño. 13º de temperatura, hace falta ser valiente.
Estas vistas son del otro lado de la montaña, una pequeña subida por el lado oeste del plano del albergue, divisamos unas impresionantes imágenes, tomadas sobre 18:00 horas aprox. en las que lucían los últimos rayos de sol, haciendo el deleite final de la llegada. Camino de los Ingenieros.
Se aprecia como se empieza a echar la niebla sobre las montañas, acercándose muy despacio, sin prisa pero sin pausa.
Al bajar de nuevo a la zona del Albergue se aprecia un claro que dura poco, los caballos percherones pacen plácidamente, pocos admiradores pasean por el exterior, empieza a hacer bastante frío y la gente se recoje preparándose para la cena que se sirve, relativamente temprano. A las 19:30 hay que estar preparados, ubicados en las mesas... una cosa curiosa, las personas que quedan paralelas en la zona exterior al pasillo, serán las encargadas de servir al resto de comensales de su mesa.. de una manera divertida y ordenada ponen platos, cubiertos, vasos, bebida, pan, y se encargan de colocar la sopera, luego se sirve y a comer!!! así sucesivamente segundo plato y postre. una manera diferente de relacionarnos y compartir el momento cena. A las diez en punto todos debemos estar recogidos en nuestros aposentos. Una serie de pequeños colchones alineados en un total de cinco personas arriba y cinco abajo en forma de litera, metidos en nuestros sacos, aconsejable sobre todo, ya que las mantas que proporcionan son poco para los que son frioleros. Yo dormí calentita dentro de mi saco.
Desde las siete hasta las 8:30 se sirve el desayuno. Hay que espabilarse si quieres estar listo a las nueve de la mañana para dejar el albergue, ya que las personas que lo atienden, cierran y se marchan hacía Queralds, llueva o nieve o caigan chuzos de punta, todos deben salir. Así que después de una noche intensamente lluviosa, todos calzados y dispuestos con chubasqueros y mochila al hombro, cada uno emprende viaje de vuelta hacia sus destinos, los más osados se disponen a culminar la ruta que tenían en mente y los menos atrevidos decidimos volver por el mismo camino. Una intensa niebla oscura nos pone en jaque, poco se divisa apenas unos metros. Y así emprendemos la marcha todo lo bajado hay que subirlo.
Un buen tramo de subida ya llevábamos aquí, la niebla sigue y sigue, parece un día de invierno... grados de temperatura 4º, pero con alegría, sin ser unos expertos montañeros, habíamos cumplido el objetivo.
Increíble al llegar de nuevo a Tregurá, casi lucia el sol, sol que acabó luciendo y haciendo justicia al veranillo de San Miguel o del "Membrillo"
Queríamos comer en este restaurante, que nos habían recomendado, pero fue imposible, seguramente era una buena opción pero estaba a rebosar de lleno... tendremos que volver en otra ocasión. Ahí queda dicho, por si alguien lo conoce o quiere conocerlo. Acabamos comiendo en un pueblo llamado "Set Cases" tampoco estuvo mal. y Así acabamos nuestro periplo del finde. Totalmente recomendado. La naturaleza te da fondo, energía, vitalidad, fuerza, alegría, sentido del humor, orientación, ganas de compartir, de vivir y sentir.
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